La Oración por los Judíos utilizada en la Liturgia del
Viernes Santo dentro de la Forma Extraordinaria del Rito Romano, continúa
siendo fuente de comentarios y malentendidos, sobre los cuales la FIUV (Fœderatio
Internationalis Una Voce) desea comentar lo siguiente:
Declaración del Presidente de la FIUV, Felipe Alanís
Suárez
Para evitar malentendidos sobre la Oración por los
Judíos, el Papa Benedicto XVI compuso la versión del 2008 de esta oración, la
cual está claramente basada en el principio esencial Cristiano: la aceptación
de Cristo como el salvador el mundo entero, y el deseo de que todas las
personas se salven. Los Judíos son mencionados debido a su papel especial en la
historia de la salvación, y por la
especial consideración que debemos tener por nuestros «hermanos mayores» (como
los llamó el Papa San Juan Pablo II). La oración aspira a la incorporación del
pueblo Judío, del cual Nuestro Señor Jesucristo y sus primeros discípulos fueron
miembros, en la salvación ganada para la raza humana por Cristo en la Cruz, una
reconciliación que, como enseña San Pablo, será consumada solo hacia el final
de la historia.
La FIUV está
convencida que cualquier posible malentendido prevaleciente en relación a la
Oración por los Judíos de la Liturgia del Viernes Santo, puede ser aclarada en
el contexto del Magisterio de la Iglesia, sin la necesidad de velar los tesoros
de nuestra Fe.
Como fieles
adheridos a la Forma Extraordinaria del Rito Romano, reconocemos que rogar a
Nuestro Señor la gracia de compartir con todos nuestros hermanos la alegría de
la salvación en Jesucristo, es un acto de humildad y amor desinteresado, una
obra espiritual de misericordia.
La FIUV rechaza por completo cualquier odio y
hostilidad hacia el pueblo Judío, y todas las formas de injusta discriminación.
Observaciones Adicionales
1.
Aunque la Oración por los Judíos en la Liturgia del
Viernes Santo del Novus Ordo, no se refiere explícitamente al reconocimiento
por los Judíos de Jesucristo como Salvador, otras oraciones en la liturgia
revisada si lo hacen. Las
Vísperas del Domingo de Pascua conforme a la Forma Ordinaria (Novus Ordo)
incluye la oración «Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su
esperanza»; y en las Laudes del 30 de Diciembre se incluye la oración «Tú,
Señor, eres Dios y hombre, Señor de David y también hijo suyo, y en ti se han
cumplido todas las profecías; haz que Israel te reconozca como su Mesías.»
2. En sus
oraciones diarias, los Judíos rezan por la conversión de todos los «impíos
sobre la tierra». El Rabbi Jacob
Neusner, respondiendo a las críticas sobre la Oración por los Judíos del año
2008, apuntaba el paralelismo con la Oración por los Judíos, destacando que «La
oración Católica manifiesta el mismo espíritu altruista que caracteriza la fe
del Judaísmo.» (Die Tagespost,23 de Febrero
2008)[1]
3.
El Cardenal Walter Kasper defendió la oración de 2008, explicando que una esperanza en que los Judíos
acepten a Cristo, que puede ser cumplida solo por Dios más que por proselitismo,
y escatológicamente (al final de la historia), no es más que una consecuencia necesaria de la
fe Cristiana.
Un diálogo sincero entre judíos y cristianos es
posible solamente si por un lado se basa en la comunión de fe en el único Dios,
Creador del cielo y de la tierra, y en las promesas hechas a Abraham y a los
Padres, y por otro lado, en la conciencia y en el respeto de la diferencia
fundamental existente, la cual consiste en la fe en Jesús como Cristo y
Redentor de todos los hombres. (L'Osservatore Romano 10 de Abril
2008)[2]
Antecedentes
1.
La oración utilizada hoy en la Forma Extraordinaria
fue compuesta por el Papa Benedicto XVI en 2008, en respuesta a las preocupaciones sobre la redacción
de la oración usada previamente, y se expresa de la siguiente manera:
Oremos también por los Judíos: para que nuestro Dios y Señor ilumine sus
corazones, y reconozcan que Jesucristo es el Salvador de todos los hombres.
2.
Es recitada, en latín, una vez al año en el pequeño
número de Iglesias al rededor del mundo donde la Liturgia del Viernes Santo es
celebrada en la Forma Extraordinaria.
Esta forma parte
de una serie de oraciones por diferentes categorías de personas, tanto de
adentro como de fuera de la Iglesia, en esto último incluyendo tanto a herejes
como paganos. En cada caso el celebrante ora por las gracias de Dios para
ellos. Este patrón es seguido en el Misal reformado de 1970 («Novus Ordo»),
aunque la redacción de las oraciones es diferente.[3]
3.
La oración está basada en la Escritura, notablemente
San Pablo. La imagen de la «luz»
penetrando los corazones de los Judíos es extraída de 2 Cor 4:3-6; San Pablo
habla de la eventual conversión de los Judíos en Romanos 11:25-26. Romanos
11:29 sobre la Alianza con los Judíos dice que Dios «nunca revoca Sus promesas»,
lo cual es citado en la Declaración Nostra
ætate del Concilio Vaticano II y por el Papa San Juan Pablo II, como la
base de un especial afecto y respeto que los cristianos habrán de tener al
pueblo Judío.[4]
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/193041?sp=y
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/197381?sp=y
[3] Las diferentes versiones de la oración de Viernes Santo por los Judíos,
se pueden encontrar en Wikipedia en inglés:
https://en.wikipedia.org/wiki/Good_Friday_prayer_for_the_Jews
[4] Romanos
11:29: ‘Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.’ Citado en Nostra aetate 4, y por San Juan Pablo II
en su Alocución a la Comunidad Judía de Berlín el 17 de Noviembre de 1980.
¿Cuál sería el problema si se sigue utilizando la oración original?
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